En una cacerola pequeña, combina la salsa de soja, el agua, el mirin y el sake (si lo estás usando).

Agrega el azúcar moreno y la miel a la cacerola. Revuelve bien para que los ingredientes se mezclen.

Añade el jengibre rallado y el ajo picado a la mezcla. Mezcla nuevamente para distribuir los sabores.

Calienta la cacerola a fuego medio y lleva la mezcla a ebullición.

Si deseas una salsa teriyaki más espesa, agrega el almidón de maíz disuelto en agua fría. Revuelve constantemente hasta que la salsa se espese a tu gusto.

Reduce el fuego y cocina a fuego lento durante unos minutos más, permitiendo que los sabores se mezclen y la salsa alcance la consistencia deseada.

Retira la cacerola del fuego y deja que la salsa teriyaki se enfríe antes de usarla.